jueves, 13 de marzo de 2008

Inmigrantes con Título

13/03/2008

Llegan a España con un título académico en la mano. El reto ahora es convalidar sus estudios para ejercer su profesión.


Sus conocimientos bien podrían ser un estímulo para trabajar y mejorar sus condiciones de vida, pero la realidad no siempre es así. Convalidar una titulación académica es una tarea que cuesta tiempo, dinero y esfuerzo.

El reto no es imposible, aunque depende mucho del tipo de estudios y de la universidad española que realice el trámite. Así, una de las licenciaturas más difíciles de convalidar es arquitectura.
Por ejemplo, en la Universidad de Valencia, en los últimos seis años han convalidado su título sólo dos personas de más de 20 aspirantes.


Una de las personas que lo consiguió llevaba cinco años preparándose y se había presentado dos veces sin conseguirlo. «La explicación es clara», opina Marcela, colombiana que lucha por homologar su título de arquitecta: «Desde la Administración ponen trabas, porque están saliendo muchísimos arquitectos españoles de las universidades».

Betty es colombiana, también licenciada en Arquitectura y mujer, o sea, que su lucha es una travesía en el desierto. Ella opina que «cada universidad es como una república independiente».

«Mientras en Barcelona, diplomáticamente te piden que realices un proyecto, en Valencia debes estudiar como mínimo dos años. Yo tampoco lo veo mal del todo. Es lógico, ya que estamos hablando de construcciones y hay que conocer muy bien toda la normativa europea».

Distintos obstáculos

Otro problema es el tiempo y el dinero. Aparte de trabajar para subsistir y ayudar a la familia, se debe sacar tiempo para estudiar y dinero para costear la homologación (1.000 euros aproximadamente).

«La convalidación es algo que la mayoría de inmigrantes suele hacer en su tiempo libre. Conozco a personas que duermen cuatro horas para poder con todo; otras tienen el apoyo del cónyuge. Hace falta ser supermán», explica Betty. Sólo en trámites administrativos, ella estuvo tres años. Después, cinco meses estudiando en la universidad para la homologación de las asignaturas. Aparte, trabajaba. Finalmente, tuvo que dejarlo, explica.

Hay otros estudios cuya convalidación es más fácil, por ejemplo, Medicina, debido a la escasez de doctores en el ámbito sanitario.

En Barcelona, el colectivo de médicos extranjeros colegiados representa el 11 por ciento; en Alicante, asciende al 9 por ciento, y en Baleares, al 14 por ciento. Raiza es médica cubana. Trabaja en un ambulatorio en la zona de Levante.

Afirma que ser doctora es lo único que sabe hacer. Desde que homologó su título en cuatro meses y sin realizar ningún tipo de examen, no le ha faltado trabajo de lo suyo.

«Muchos médicos españoles se van, porque dicen que en España pagan poco a diferencia de otros países», explica Raiza, quien asegura que conocer el idioma abre muchas puertas. Además, explica cómo los facultativos cubanos están muy bien preparados. «En general, el médico cubano triunfa en España, por su carácter abierto y su profesionalidad», dice.

Pero no todo es tan fácil.

«En general, los inmigrantes médicos tenemos trabajo, pero siempre toca el peor horario, las peores jornadas.

Tampoco hay buen control sobre las capacidades de cada uno, hay mucha incompetencia en Medicina, ya que no exigen nada; si lo hicieran, se quedarían sin médicos». Así lo expresa Ovidiu, doctor rumano.

Otra licenciatura más difícil de convalidar es Derecho. Tania, cubana, debe examinarse de diez asignaturas e inscribirse en el colegio de abogados para ejercer aquí la profesión, algo que ya ha conseguido Ionut, ciudadano rumano que ya es letrado en España.

En general, todos están de acuerdo en que hay que luchar mucho para alcanzar objetivos. Como dice Dimitri, «los españoles y la Administración deben abrir los ojos ante lo que tienen: gente en la que no hay que invertir para formación, que viene aquí para vivir mejor y aportar sus conocimientos. El único perdedor es el país de origen».

Dimitri da un consejo final: «Animo a todos, ya que si aquí no encuentran lo que se plantearon, que vuelvan a casa hasta que la cosa mejore».

ALIONA, PSICÓLOGA Y MAESTRA

Es rumana. No ha podido convalidar su título de psicóloga. Para ejercer, tendría que cursar la carrera de Psicología de nuevo. «El plan de estudios que yo cursé es totalmente diferente al de aquí. Se hacía mucho hincapié en las teorías de científicos rusos», explica.

Su otro título, maestra, se lo han convalidado parcialmente. Antes, debe aprobar unos exámenes en una universidad española. Ahora, trabaja como dependienta, pero no descarta montar una guardería, ya que le encantan los niños.

ELISABET, PROFESORA DE GIMNASIA

Es cubana. Licenciada en Educación Física. Lleva 11 años en España. Convalidó su título en 1999. Ejerce su profesión como maestra en un colegio. Ella tardó un año en convalidar su titulación, pero tuvo que examinarse de dos asignaturas que no había cursado en Cuba. Elisabet recuerda aquellos momentos: «En un mes, tenía que estudiar el contenido de un año. Me jugaba mucho. Me pasé un mes sin salir a ningún sitio, estudiando bajo mucha presión. Al final, lo conseguí».

GABRIELA RASPOPA, FARMACÉUTICA

Es rumana y hace 11 años que vive en España. Licenciada en Farmacia en su país, hace un año que ha montado su propio negocio: una parafarmacia. Tardó un año en convalidar su título, no le exigieron realizar ni estudios complementarios ni examen alguno. Antes de montar su comercio, realizó otros trabajos. Aconseja a las personas perseguir sus sueños. «Es cuestión de proponértelo y trabajar mucho. No hay que dejarse abatir».


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